Cartografía de la comunicación postdigital

26 expertos analizan medios y audiencias en la sociedad de la COVID-19

La editorial Thomson Reuters-Aranzadi acaba de publicar Cartografía de la comunicación postdigital: medios y audiencias en la sociedad de la COVID-19 como parte de los estudios y monografías de su colección en Ciencias Humanas y Sociales. Coordinada por los profesores Luis Miguel Pedrero Esteban y Ana Pérez Escoda, del grupo Nebrija-INNOMEDIA en la Facultad de Comunicación y Artes de la Universidad Nebrija, esta obra ofrece las claves para interpretar un ecosistema mediático determinado por la mediatización intensiva, la transformación y la convergencia digital, los nuevos fenómenos de participación y aprendizaje, el papel activo de las audiencias, la sobreinformación y desinformación, la personalización automatizada de noticias, los formatos de innovación en la narración multimedia o la emergencia del audio digital.

El libro contiene 14 capítulos estructurados en tres bloques: 1) Delineando el nuevo ecosistema mediático; 2) Redefiniendo las fronteras de la información; y 3) Explorando los confines de la mediatización. La lista de académicos e investigadores de 17 universidades que firman los textos la integran José Manuel Pérez Tornero (Universitat Autónoma de Barcelona), Carlos A. Scolari (Universitat Pompeu Fabra), Henry Jenkins (USC Annemberg School for Communication and Journalism), Sonia Livingstone (London School of Economics and Political Science), Manuel Ángel Vázquez Medel y Mª del Mar García Gordillo (Universidad de Sevilla), Cháro Sádaba y Mª Pilar Martínez Costa (Universidad de Navarra), Xosé López García (Universidade de Santiago de Compostela), Ainara Larrondo (Universidad del País Vasco), Andreu Casero (Universitat Jaume I), Pere Masip (Universitat Ramon Llull), José A. García Avilés (Universidad Miguel Hernández), Susana Herrera Damas (Universidad Carlos III), Marta Perlado Lamo de Espinosa, Ana Pérez Escoda, Mª José Establés y Luis Miguel Pedrero (Universidad Nebrija), Luis M. Romero y Carles Marín (Universidad Rey Juan Carlos), Santiago Tejedor, Laura Cervi y Cristina Pulido (Universitat Autónoma de Barcelona), José Mª Legorburu (Universidad San Pablo CEU), Natalia Papí (Universidad de Alicante) y Bella Palomo (Universidad de Málaga). Se reproduce a continuación un fragmento de la introducción a este libro.

Introducción

Después de un siglo de extraordinarias transformaciones a todos los niveles abanderadas por avances tecnológicos que habían envuelto al ser humano en una ilusoria creencia de invulnerabilidad, en 2020 emergió un inopinado y desbordante golpe de realidad que puso en jaque a todo el planeta: la pandemia global por la COVID-19. La actitud de arrogancia y superioridad del hombre hacia su entorno, sustentada sobre una prolija sabiduría seglar imbricada de ciencia que le había permitido razonar el mundo de modo indubitable, se quebró ante un minúsculo virus cuyos implacables efectos testimonian el advenimiento de un cambio sin precedentes. Como rezaba aquella inscripción en las calles de Quito que popularizó el poeta uruguayo Mario Benedetti, “Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas”.

Esta realidad sobrevenida requiere de un análisis fenomenológico, un intento por comprender cómo afrontamos esta circunstancia que ha alterado nuestras prioridades y preocupaciones y que, antes de desvelar sus consecuencias orgánicas y biológicas, nos augura un punto de no-retorno en las interacciones sociales y comunicativas, en nuestra emocionalidad y en el uso de las libertades de movimiento y relación. El ser humano ha satisfecho todas sus limitaciones y necesidades a partir de su naturaleza intrínseca de ser social y de su evolución al amparo de la comunidad, como han sostenido desde el zoon politikon de Aristóteles (ζῷον πολιτικόν) en los albores de una sociedad organizada hasta la reciente teorización de la neurociencia con las células-espejo de Rizzolatti. Aunque el término acuñado por el filósofo griego ha sido interpretado de diferentes maneras en la tradición escolástica, política y sociológica, sirve en su interpretación más primigenia para explicar que la irrupción de un virus que impone el aislamiento, la limitación en las relaciones sociales y la –casi– privación del contacto físico, certifican una mutación social sólo amortiguada por las tecnologías y la comunicación digital.

Tal vez el confinamiento global ante la virulencia de la COVID-19 habría sumido al ser humano en un solitario y silenciado aislamiento de no ser por Internet, los dispositivos conectados y las redes de banda ancha. En este sentido, la situación sanitaria ha acelerado un proceso de virtualización extensiva y masiva donde la red se ha instituido en el cordón umbilical que ha unido a las personas durante la cuarentena. Parece que, sin perder nuestra naturaleza social aristotélica, la comunicación digital posibilitará la adaptación hacia una versión transhumanista irreversible. Por tanto, la comunicación como red neuronal del desarrollo y la interacción humana depende ya inexorablemente del entorno virtual para seguir garantizando la conexión y la socialización, si bien abre interrogantes ontológicos cuya respuesta nos corresponde encontrar. Es en este contexto donde se fundamenta el sentido del volumen que aquí se presenta, en el que un total de 26 académicos y expertos en comunicación de 17 universidades aportan una visión poliédrica en torno a un contexto mediático fragmentado, complejo, inestable, novedoso y desafiante, no exento de riesgos pero rebosante de desafíos.

Con un sopesado equilibrio entre perspectiva y prospectiva, se presentan catorce capítulos que conjugan oportunas reflexiones teóricas y modélicas evidencias aplicadas sobre la evolución del proceso comunicativo, cuestionando algunos de sus procesos y transformaciones con el fin de arrojar luz sobre un emergente y desconocido camino. Tres bloques estructuran el contenido de este libro, que aventura el futuro de la comunicación posdigital en la era de la pandemia desde una mirada holística hacia un ecosistema –el comunicativo– que orientará la adaptación de los sectores sociales, económicos, políticos, industriales y educativos.

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